DOLOR, REPARACIÓN Y CONSECUENCIAS.
Pasado ya un tiempo desde aquel 29 de octubre de 2024, donde la catástrofe de la DANA afectó tan duramente a la población de Valencia (en mayor medida a toda la zona sur del área metropolitana de la ciudad), debemos realizar algunas reflexiones sobre la actuación que como sociedad se tuvo ante la emergencia, las vulnerabilidades que como consecuencia de las inundaciones se hicieron visibles, cómo reparar en el momento actual y con qué herramientas debemos contar en el futuro para actuar ante este tipo de situaciones.
Las pérdidas sufridas son de muy diversos tipos. En primer lugar, las víctimas mortales de la tragedia acompañadas del profundo dolor de sus familiares. Las pérdidas de vidas humanas afectan a la sociedad en su conjunto, y particularmente a su entorno familiar, pero también a la vida cotidiana de cada pueblo damnificado, causando un dolor permanente e irreparable que prolonga el duelo y lo aumenta al sentirse, los sobrevivientes, en total indefensión ante las situaciones tan angustiosas vividas y la falta de respuesta que se percibió, por parte de los organismos que debieron actuar de forma contundente. El vacío generado por estas muertes dejarán una huella imborrable en la sociedad valenciana que debe servir para tomar medidas que eviten en el futuro las trágicas consecuencias sufridas.

LA INMIGRACIÓN Y LA DANA.
En primer lugar debemos destacar la presencia solidaria del colectivo migrante en las zonas afectadas, muchos de ellos en situación irregular, faltos de derechos e integrantes de los sectores mas vulnerables de la sociedad, que se sumaron en plano de igualdad a todo el voluntariado que participó de forma heroica en los trabajos de rescate, limpieza y recuperación de los municipios mas afectados por la tragedia.
En el presente artículo queremos centrarnos en la problemática específica que sufre este colectivo migrante y proponer algunas medidas que puedan paliar las situaciones por las que se ven afectados.
Así, más allá de las pérdidas materiales que todos conocemos; fundamentalmente vehículos y daños en viviendas y mobiliario, debemos atender a otro tipo de pérdidas que no son tan visibles pero que resultan fundamentales para muchos afectados. Son muchas las personas que han perdido toda posibilidad de identificarse y relacionarse con la sociedad como consecuencia del extravío de su pasaporte y de cualquier otro documento identificativo.
Por otro lado, en la mayoría de los casos los integrantes del colectivo migrante no cuentan con ningún sustento económico más allá de su actividad laboral y los ingresos diarios que ésta les reportaba, la cual han quedado imposibilitados de llevar a cabo todos aquellos que la desarrollaban en las zonas golpeadas por la DANA. Siendo esta actividad en muchos casos irregular, y sin tener documentación personal que la respalde (falta de empadronamiento, Cuenta Bancaria, NIE, y/o Pasaporte), los mismos quedan excluidos de cualquier posibilidad de percibir ayudas o prestaciones sociales (Prestación por Desempleo, ERTE, Ingreso Mínimo Vital, etc).
Otro punto en el cual se ven particularmente afectados es en el plano habitacional, ya que se trata de un colectivo que tiene un difícil acceso a formalizar contratos de alquiler así como al empadronamiento, ya sea porque residen en habitaciones o en bajos que carecen de cédula de habitabilidad, por lo que también se ven privados de acceder a cualquier prestación destinada a la reparación y reacondicionamiento de su vivienda, y tampoco cuentan con medios económicos para acceder a otro inmueble en el que poder residir.
Todo ello unido a la carencia de una red de apoyo familiar o social que sí tiene la población autóctona, hace que la problemática que enfrentan se vea alarmantemente agravada para este cuerpo social.

EQUIDAD=IGUALDAD.
A partir de la anterior caracterización de la problemática que padece el colectivo migrante, debemos reflexionar sobre las posibilidades de acción y asistencia a prestar a estas personas para que nadie quede atrás. En primer lugar, entendemos que ante catástrofes como la actual, tenemos que tener como eje de actuación y valores primarios la igualdad y la equidad. Si bien debemos ajustarnos a la legalidad en todo lo relativo a esta asistencia, entendemos que existen herramientas jurídicas que permiten asistir a este colectivo.
Así tenemos en nuestro ordenamiento jurídico, por ejemplo, elementos como la asistencia a solicitantes de asilo que permiten atenuar determinados requisitos para acceder a derechos, o la posibilidad de aprobar normativas de carácter excepcional que permitan el acceso a ayudas asistenciales mediante la colaboración de los organismos gubernamentales con embajadas, consulados, entidades locales y del tercer sector. De la misma forma, tenemos experiencias previas que puedan guiarnos a la hora de proteger y asistir a los damnificados por situaciones de emergencia como la actual, por ejemplo los sistemas de protección que se articularon para las personas afectadas por la Guerra de Ucrania, las cuales pudieron acceder en brevísimos plazos a permisos de residencia y trabajo, y por ende, a la protección social que nuestro Estado ofrece. En todos estos casos observamos una rapidez y flexibilización de las condiciones de acceso a ayudas y permisos, que son completamente necesarias en casos como el actual.
Por otro lado, debemos señalar que el gran problema al que se enfrentan los sectores públicos a la hora de asistir a personas indocumentadas es el desconocimiento de su mera existencia, y ello debido a que muchas de estas personas no se encuentran inscritas en ningún registro. Para colmar esta deficiencia debemos estar atentos a qué entidades y organismos son los que efectivamente dan soporte y están en contacto con este colectivo tan vulnerable. Más allá de aquellas soluciones de técnica legislativa que se puedan desarrollar en el futuro, es imperativo conocer quiénes se encuentran afectados y a quién hay que asistir, para lo que resulta necesario trabajar en conjunto con entidades locales, organizaciones no gubernamentales, organismos internacionales y todas aquellas entidades que asistan y ayuden a personas en situación irregular.
Desde el Observatorio Valenciano de las Migraciones seguiremos analizando realidades, definiendo objetivos y eligiendo herramientas para que la igualdad y la equidad sean una realidad en nuestra sociedad.
Me ha gustado mucho el artículo y me adhiero al contenido del mismo, es urgente ayudar a toda la población indocumentada, asímismo conceder los papeles para poder llevar una vida digna en España